Su autor nos deja saber cómo, en pleno 1957 «con el objetivo de eludir la persecución enemiga, los guerrilleros llegaron en horas de la tarde al Pico Turquino y con mucho frío acamparon y permanecieron dos días para después bajar por el mismo estribo que habían usado en su anterior ascenso, y así, a partir de ese año, el Turquino es convertido en trascendental escenario histórico al ser escalado por la guerrilla, por lo que desde entonces es símbolo de rebeldía y de la Revolución». Luego, llegaría a ser el más importante escenario de la preparación combativa del nuevo ejército revolucionario, en la que los jóvenes recibirían el honroso título de “Cinco Picos” por sus cinco ascensiones consecutivas.