Los campesinos sabían que un hijo malcriado era peor para una familia que un hijo muerto, y evitaban consentirlo demasiado.
Isabel Moralesmembuat kutipan3 bulan yang lalu
Cuando Yangjin se quedó sola con su primogénito, delineó la boca del pequeño con el dedo índice y la besó; nunca había querido a nadie tanto como a aquel bebé. Murió de una fiebre a las siete semanas.