En el contexto de Bitcoin esta información viene dada por una transacción desde un emisor hacia un destinatario. La firma digital permitirá probar que el emisor es el propietario de una cierta cantidad de dinero que es transferida a un destinatario. De forma más precisa, este destinatario viene dado por una clave pública a la cual estará asociada la cantidad de dinero consignada en la transacción. Una vez completada la transacción, el destinatario podrá reutilizar el dinero recibido en una nueva transacción, para lo cual simplemente tendrá que probar que es el propietario haciendo uso de su clave privada.