El diario de Ana Frank

«Ya que vamos en la misma dirección, podemos ir juntos»,

s. «El papel es más paciente que los hombres».

¡Ay, es triste, muy triste, que por enésima vez se confirme la vieja sentencia de que lo que hace un cristiano es responsabilidad suya, pero lo que hace un judío es responsabilidad de todos los judíos

Y el que es feliz hace feliz a los demás; el que tiene valor y fe, nunca estará sumido en la desgracia.

Mi vida aquí ha mejorado mucho, muchísimo. Dios no me ha dejado sola, ni me dejará

bienes terrenales; no soy hermosa, ni inteligente, ni lista; ¡pero soy feliz y lo seguiré siendo! Soy feliz por naturaleza, quiero a las personas, no soy desconfiada y quiero verlas felices conmigo.

Entre Peter y yo aún no existe tal confianza en la medida que tú dices, y frente a una ventana abierta y oscura uno se dice más cosas que a plena luz del sol. También resulta más fácil contarse lo que uno siente susurrando, que no gritando a los cuatro vientos. Tengo la impresión de que has ido desarrollando una especie de cariño fraternal por Peter y de que quisieras ayudarle, al menos igual que yo. Quizá algún día puedas llegar a hacerlo, aunque ésa no sea la confianza como la entendemos tú y yo. Opino que la confianza es una cosa mutua, y creo que es ése el motivo

Der Mann hat einen grossen Geist und ist so klein von Taten!

Para terminar esta serie de noticias variadas, un chiste muy divertido del señor Van Daan: ¿Sabes lo que hace 99 veces «clic» y una vez «clac»? ¡Un ciempiés con una pata de palo!

Estos últimos días estoy sintiendo cada vez más claramente que no encajo en mi familia.