Es poco decir que he terminado con sendos lagrimones corriendo por mi rostro y sintiendo ese vacío que nos deja esa partida del gran amigo que busca nuevas aventuras... lo bueno es qué hay una versión en película.
Quién iba a imaginar que la inocente correspondencia entre un librero y una escritora se publicaría eventualmente en forma de un libro tan precioso, escrito de la forma más sincera que existe para hacer literatura: Sin pretenderlo.
Es un libro precioso, emotivo y simpático. Perfecto para amantes de los libros. Me encantó.