El cuerpo era tan tirano como el corazón, y él no quería ser esclavo del deseo.
Rocío Toledomembuat kutipan3 tahun yang lalu
El placer, puro placer humano, lo avasallaba. Solo mirar el perfil de esa tierna fiera amansada por el amor lo aturdía.
Rocío Toledomembuat kutipan3 tahun yang lalu
Quedaron frente a frente. Eran dos solitarios, desamparados y aturdidos en la noche helada; dos ilusos que habían creído que poseían más fuerza y más crueldad de la que tenían.
Rocío Toledomembuat kutipan3 tahun yang lalu
Su propia muerte lo esperaba escondida en un pliegue del tiempo, y no había nada más verdadero que esa espera.
Rocío Toledomembuat kutipan3 tahun yang lalu
–Lo que los hombres llaman el destino... –contestó Erec–. Son fuerzas con las que no se comercia, ante las cuales la magia y la vida se inclinan.
Cecy Hermosillomembuat kutipan5 tahun yang lalu
Cada quien es hijo de sus actos... –dijo Munin.
Rocío Toledomembuat kutipan3 tahun yang lalu
No maté a nadie, a nadie. Fui a la guerra y regresé con las manos limpias de sangre. Soy libre, pensó Soledad.
Rocío Toledomembuat kutipan3 tahun yang lalu
Ella amaba el amanecer, el diario comienzo, la luz que fundía la bruma y revelaba el mundo; pero esa noche era más loba que nunca y la luna le descubría mucho que ignoraba de sí misma.
Rocío Toledomembuat kutipan3 tahun yang lalu
Era, y ser le bastaba.
Rocío Toledomembuat kutipan3 tahun yang lalu
Pero le quedaba la alegría de ser ella, ella, quien remediara el mal que su padre y el mago habían hecho. Sintió una fugaz alegría. No he matado a nadie. Jamás, se dijo.