Otras ficciones semejantes surgieron en la misma época: la versión de una infancia que requería una incesante supervisión materna, un concepto de la biología femenina que exigía a la mujer de clase media representar el papel de histérica e hipocondríaca, la idea de que las mujeres virtuosas estaban «sexualmente anestesiadas» y una concepción del trabajo femenino que las mantenía ocupadas en tareas repetitivas, prolongadas y laboriosas como la costura y los encajes. Todos estos inventos victorianos tuvieron una doble función, es decir, que si bien aparecieron para aprovechar la energía y la inteligencia de la mujer en actividades inofensivas, a menudo ellas las utilizaban como medios para expresar verdadera pasión y creatividad