Virginia Woolf

Una casa encantada

  • Veromembuat kutipan6 tahun yang lalu
    Pero los árboles tejían penumbras para un vagabundo rayo de sol. Tan hermoso, tan raro, frescamente hundido bajo la superficie el rayo que yo buscaba siempre ardía detrás del vidrio. Muerte era el vidrio; muerte mediaba entre nosotros; acercándose primero a la mujer, cientos de años atrás, abandonando la casa, sellando todas las ventanas
  • Tann Zavalamembuat kutipan7 tahun yang lalu
    Las puertas siguen cerrándose a lo lejos, distantes, con suave sonido como el latido de un corazón.
  • Lizmembuat kutipan3 tahun yang lalu
    El viento sube rugiendo por la avenida. Los árboles se inclinan y vencen hacia aquí y hacia allá. Rayos de luna chapotean y se derraman sin tasa en la lluvia. Rígida y quieta arde la vela. Vagando por la casa, abriendo ventanas, musitando para no despertarnos, la pareja de duendes busca su alegría.
  • Oralia Torresmembuat kutipan5 tahun yang lalu
    salvo, a salvo, a salvo», late con orgullo el corazón de la cas
  • Yatxiri Guadalupe Anastacio Garciamembuat kutipan8 bulan yang lalu
    «Míralos, profundamente dormidos, con el amor en los labios.»
  • eu1994membuat kutipantahun lalu
    Besos sin número.»
  • marienalarcos01membuat kutipantahun lalu
    Pero no era esto lo que nos despertaba. Oh, no. «Lo están buscando; están corriendo la cortina», podía decir una, para seguir leyendo una o dos páginas más. «Ahora lo han encontrado», sabía una de cierto, quedando con el lápiz quieto en el margen. Y, luego, cansada de leer, quizás una se levantara, y fuera a ver por sí misma, la casa toda ella vacía, las puertas quietas y abiertas, y sólo las palomas torcaces expresando con sonidos de burbuja su contentamiento, y el zumbido de la trilladora sonando allá, en la granja. «¿Por qué he venido aquí? ¿Qué quería encontrar?» Tenía las manos vacías. «¿Se encontrará acaso arriba?» Las manzanas se hallaban en la buhardilla. Y, en consecuencia, volvía a bajar, el jardín estaba quieto y en silencio como siempre, pero el libro se había caído al césped.
  • Juan Pablo Ramírez Floresmembuat kutipantahun lalu
    Besos sin número
  • Juan Pablo Ramírez Floresmembuat kutipantahun lalu
    «¿Es este el tesoro enterrado de ustedes? La luz en el corazón.»
  • Juan Pablo Ramírez Floresmembuat kutipantahun lalu
    e acercan más; cesan en el pasillo
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