Verde Shanghai

amor es esto, Xian, inventar mentiras y creértelas a fondo

Los recuerdos cobran vida por sí mismos y, sin parpadear, sin preocuparse por aquellos que los generaron, adquieren piernas, manos, caras, voces

Puesto que nunca se han encontrado antes, están seguros / de que no ha habido nada entre ellos / Pero qué dicen de esto las calles, las escaleras, los pasillos– / ¿tal vez han pasado el uno al lado del otro un millón de veces?

Los cuerpos son un estorbo, una exigencia infernal, están llenos de movimientos estúpidos y alaridos grotescos

Lo que importa en este mundo no es la verdad sino la complicidad

Eso es lo que hacía, después de todo, la gente sola dentro de su cabeza, el gran escenario. Confundir al olvido. Engatusarlo. Correr el telón y agazaparse en un espacio pequeño, apenas un ángulo, sabiendo que afuera, del otro lado de la cortina, todo ocurría y nada dejaba de ocurrir

Esto es el amor –le dijo a alguien que no se vino a sentar junto a ella–. Esta manera de empujarlo a uno hacia el abismo. Este horror.

Uno. Uno sufre, dos se alegran o se torturan pero no sufren. Uno. Uno tiene que aprender a trompadas a ser uno.

Dices que el amor es la única metáfora de la condena

Cierro los ojos pero no basta: el mundo siempre avanza, el mundo nos destruye.