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Juan Villoro,Alejandro Almazán,Diego Enrique Orsorno,Edgar David Piñón Balderrama,Marcela Turati,Pablo Ordaz,Óscar Martínez

La ley del cuerno

  • Mariana Beltránmembuat kutipan9 bulan yang lalu
    Tiene razón. Los muertos no tienen nombre. No desde luego en Ciudad Juárez, donde este sábado de febrero de 2009 escogido al azar serán ocho los jóvenes asesinados por las oscuras mafias de la droga. Ocho. No son demasiados; tres días después morirán 21. Ni demasiado jóvenes; una semana más tarde caerán seis niños bajo los disparos de tipos que siempre tienen tiempo de huir. Ocho muertos son solo ocho líneas en cualquier periódico mexicano.
  • Mariana Beltránmembuat kutipan9 bulan yang lalu
    Con las historias que se cuentan en la espera se podría hacer una cartografía de los levantones y concluir que en estas tierras los jóvenes son reclutados a la fuerza como combatientes de reemplazo de los exterminados todos los días.
  • Mariana Beltránmembuat kutipan9 bulan yang lalu
    –Matas, ¿y luego?
    –Nada –dice Yaretzi–, no sientes nada. Habemos gente así.
    –¿Alguna vez has pensado que ya deberías estar muerta?
    –Cómo no. Yo creo que es lo único que te sorprende en este jale: seguir vivo
  • Mariana Beltránmembuat kutipan9 bulan yang lalu
    los asesinatos son meras compensaciones para equilibrar al universo
  • Mariana Beltránmembuat kutipan9 bulan yang lalu
    Quienes vieron cómo arrastraron a la vieja de las greñas y cómo la treparon a un camionetón bárbaro olvidarán pronto el crimen, porque Juárez, y todo México, no solo se borra la vida, también la memoria, y quienes recuerdan no salen vivos de la historia.
  • Mariana Beltránmembuat kutipan9 bulan yang lalu
    conquistara este país de muertos
  • Mariana Beltránmembuat kutipan9 bulan yang lalu
    Hoy se sabe que el cártel de Sinaloa tampoco ha dejado fuera a las mujeres de su plan empresarial
  • Mariana Beltránmembuat kutipan9 bulan yang lalu
    Amado Carrillo, el Tony Soprano de Chihuahua
  • Mariana Beltránmembuat kutipan9 bulan yang lalu
    Pero, te decía: los sicarios no nacemos, nos hacemos. Yo me hice en la escuela militar. ¡En serio! Salí de ahí con el corazón hecho piedra, odiando a toda la gente. Bien raro. Como que en esas escuelas te enseñan a no querer a nadie. Y como yo nunca fui de las que se quedaban en su casa, anduve en las calles y ahí encontré a mi patrón. Le sigo diciendo así, aunque ya lo mataron. Él me bautizó a la niña y, ya luego, me hizo al chamaco. Pinche abusón.
  • Mariana Beltránmembuat kutipan9 bulan yang lalu
    Ser periodista en los peores días de la guerra contra el crimen organizado puede volverse asfixiante. La incertidumbre te mata. No es una lucha cuerpo a cuerpo, no es una batalla que uno pueda enfrentar. Es hallarse a merced de desconocidos que saben de uno mismo detalles sorprendentes. Es pelear contra nada, y luego detenerte a escuchar la voz de tu conciencia. Es temblar cuando suena el teléfono, y despertar por la noche con la frente llena de sudor. Es vivir espantado hasta de tu propia sombra. Por eso escribo este informe. Porque, pase lo que pase, quiero que mis familiares sepan que no, que yo no estuve metido en nada
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