Vida Hogareña

Procuraríamos que saliera y que se interesara por algo, pero ella se iría debilitando y encogiendo en nuestras manos, cada vez más frágil

Tal vez la memoria sea la sede no sólo de la profecía sino también del milagro

Sylvie no quería perderme. No quería que creciera gigantesca y múltiple, de manera que pareciera llenar la casa entera, y no quería que me volviera sutil y miscible, de manera que pudiera traspasar las membranas que separan un sueño de otro

Porque, una vez uno se queda solo, es imposible creer que podría haber estado de otro modo. La soledad es un descubrimiento absoluto

Porque anhelar una mano sobre el cabello es casi sentirla.

Pero las profundidades del bosque son tan oscuras y severas, y están tan saturadas de sus propios aromas, como el salón de una casa antigua

Aunque parecía ensimismada, creo que, como el que sueña, percibía algo más que la presión de lo que vivía en presente, con una atención intensificada y al mismo tiempo confundida por la conciencia de que ese presente ya había pasado, y había tenido sus consecuencias.

Era una mujer constante como la luz del día,

Un año, mi abuela tenía tres hijas tranquilas y calladas, y al siguiente la casa estaba vacía. Sus chicas eran tan calladas, debe de haber pensado, porque los hábitos y costumbres de sus vidas las habían descargado de la necesidad de hablar.

Cuando llevaba poco tiempo de casada, llegó a la conclusión de que el amor era en buena medida un anhelo que la posesión no podía mitigar.