Homo roboticus

el desarrollo de este nuevo campo de la biología, la concepción de lo viviente ahora debe contemplar la vida sintética, hecha por partes orgánicas y partes inertes diseñadas por el hombre. Por ello, ¿deberíamos insertar una rama extra al árbol de la vida? Pienso que sí, pues el “reino Synthetica” de Ginsberg es parte ya de nuestra nueva naturaleza.

y usarla junto con todo tipo de artilugios electrónicos, cibernéticos y mecánicos en la construcción de nuevos organismos inventados.

la “biología sintética”, que acude a las especies naturales para obtener su materia prima

Para Dawkins, “lo vivo” es el proceso de pasar al futuro textos escritos en el lenguaje del ADN (con instrucciones para construir organismos).

Para los griegos antiguos, el fuego de Prometeo era el conocimiento, el espíritu y la llama de la vida. En realidad, ese fuego también lo es nuestra creatividad científica.

no está en los dioses el destino del ser humano

Fenomenología del espíritu, G.W.F. Hegel analiza cómo el ser humano experimenta la transformación súbita de su mundo.

2] modificar el genoma de células germinales, mutaciones que sí serían heredadas a las futuras generaciones y, por lo tanto, sí se propagarían en la población.

1] modificar el genoma de embriones en células somáticas (del cuerpo), mutaciones que no serían heredadas a las futuras generaciones y, por lo tanto, no se propagarían en la población;

Para los griegos antiguos, de quienes Shelley toma la metáfora, Prometeo fue el titán creador y protector del ser humano, que sube al monte Olimpo y desafía a los dioses robando el fuego del carruaje del dios Helios para dárselo a la humanidad. Indignado por ello, Zeus crea a Pandora, una mujer de arcilla a la que infunde vida y manda a la morada de Prometeo para que abra el ánfora que contiene todas las plagas, dolor y muerte posibles, y castigar así a la humanidad. En el mito, el fuego representa el conocimiento, el espíritu y la llama de la vida; por su parte, el atrevimiento y temeridad de Prometeo son el prototipo de la desmesura, la osadía y audacia del ser humano ante su destino; de su rebelión ante su propia naturaleza.