Las penas del joven Werther

a veces pienso en cómo se deja uno arrebatar lo que más quiere en la vida,

¡Ay! ¡Qué sensación recorre mis venas cuando, sin querer, mi dedo roza el suyo, cuando nuestros pies se encuentran debajo de la mesa! Retrocedo como si fuera fuego, una fuerza secreta me empuja de nuevo hacia delante… y pierdo el sentido. ¡Oh! Y su inocencia, su alma cándida no sabe cuánto me atormentan estas pequeñas confianzas. Cuando, en medio de una conversación, posa su mano sobre la mía e, interesada, se acerca tanto a mí que el celestial aliento de su boca es capaz de alcanzar mis labios… entonces creo perecer, como fulminado por un rayo.

Eso me reforzó en mi propósito de, en el futuro, atenerme sólo a la naturaleza. Ella es por sí sola infinitamente rica y por sí sola forma al gran artista.

Cómo sedujeron mi alma esos vivos labios

¿Que por qué no te escribo? Y me lo preguntas tú

todo se diluye ante mis sentidos, y yo sigo, soñador, sonriendo por el mundo.

uno quisiera ser un abejorro para revolotear entre ese mar de fragancias

¿Acaso no me he regocijado con esas expresiones tan sinceras y espontáneas

Acaso no me he regocijado con esas expresiones tan sinceras y espontáneas,

Tengo tantas cosas, y los sentimientos que tengo lo devoran todo; tengo tantas cosas y, sin ella, todo es para mí lo mismo que nada.