Decidí que mi camino sería el de acompañante de abortos. Y lo hice por dos razones, la primera por mero pragmatismo. Yo necesitaba militar en algo que funcionara, que transformara la vida de mujeres concretas ahora mismo. Pero también porque como dice Yuliana: Una siempre piensa y actúa desde las heridas y yo sabía perfectamente lo que es abortar con miedo y la tranquilidad que da que alguien te diga que todo va a estar bien