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Enrique Jardiel poncela

¡Por Dios, que no se entere nadie! Mis mejores cuentos de humor

  • joseabascal7membuat kutipan2 tahun yang lalu
    Había poca gente. Atravesé el local y me dirigí a un camarero en busca de informes esenciales:
    —Tenga usted la bondad, ¿desde qué mesa se oye mejor la orquesta?
    —Desde aquella del extremo derecho, caballero.
    —Bien. Muchas gracias.
    Y fui a sentarme, naturalmente, en una mesa del extremo izquierdo; porque yo soy capaz de acudir a un concierto a tomar café, pero soy incapaz de meterme en un café a oír un concierto
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