El suicidio sigue siendo un problema muy extendido en Estados Unidos, con aproximadamente 86 personas que se quitan la vida cada día. Sorprendentemente, uno de los grupos más afectados por el suicidio es el de los militares, incluidos los actuales y antiguos miembros de las fuerzas armadas. Sin embargo, para reducir esta estadística y atajar la epidemia de suicidios será necesario un cambio significativo en la actitud y la mentalidad de la sociedad hacia el suicidio.
Este libro es un intento de provocar ese cambio y de influir en las vidas de quienes pueden estar en riesgo de suicidio. El objetivo no es curar a nadie de los pensamientos suicidas, sino ofrecer a los lectores una comprensión más profunda de por qué la muerte por suicidio puede parecer la única opción viable para algunos.
El autor es consciente de que el suicidio no sólo afecta a las personas directamente expuestas al riesgo, sino también a sus seres queridos, a quienes puede resultarles difícil comprender por qué alguien a quien quieren elegiría una opción tan extrema. Por este motivo, el libro no pretende ser una panacea para las personas en riesgo de suicidio. Por el contrario, el autor anima a los lectores a comprender mejor el suicidio y a mantener conversaciones sinceras con sus seres queridos para ayudarles a encontrar alternativas en las que puedan creer. En última instancia, el objetivo del autor es dar a la gente una razón para vivir.
El suicidio puede parecer la única opción para quienes se sienten abrumados por sus problemas y luchan por encontrar una salida. Sin embargo, en las páginas de este libro se anima a los lectores a que analicen honestamente sus vidas y exploren soluciones alternativas que puedan ayudarles a encontrar una salida.
Al final del libro, el autor espera que los lectores comprendan mejor el suicidio y sus efectos y, a su vez, sean capaces de ayudarse a sí mismos o a alguien que les importa a encontrar esperanza y una razón para seguir viviendo.