Breve historia de la peste negra

Sin soporte iconográfico alguno a diferencia del Encuentro anteriormente mencionado, nuestro anónimo autor hace de la Muerte la protagonista de la obra en la que, a lo largo de los seiscientos versos dodecasílabos de que consta el texto, va dialogando con todas las figuras señeras de la sociedad medieval, desde el papa hasta un simple sacristán, desde el emperador hasta el humilde escudero o el mercader, el físico o el santero. La Muerte invitará a todos a su danza. De nuevo la misma imagen de siempre, la muerte nos iguala a todos.

Durante los estallidos de violencia del periodo de la peste negra las minorías hebreas de Maguncia o Colonia serían prácticamente eliminadas. En Estrasburgo tuvo lugar lo que podemos denominar otra Matanza de San Valentín, pues en ese día de 1349 se produjo la eliminación de más de 2.000 judíos.

Durante los estallidos de violencia del periodo de la peste negra las minorías hebreas de Maguncia o Colonia serían prácticamente eliminadas. En Estrasburgo tuvo lugar lo que podemos denominar otra Matanza de San Valentín, pues en ese día de 1349 se produjo la eliminación de más de 2.000 judíos.

Durante los estallidos de violencia del periodo de la peste negra las minorías hebreas de Maguncia o Colonia serían prácticamente eliminadas. En Estrasburgo tuvo lugar lo que podemos denominar otra Matanza de San Valentín, pues en ese día de 1349 se produjo la eliminación de más de 2.000 judíos.

Durante los estallidos de violencia del periodo de la peste negra las minorías hebreas de Maguncia o Colonia serían prácticamente eliminadas. En Estrasburgo tuvo lugar lo que podemos denominar otra Matanza de San Valentín, pues en ese día de 1349 se produjo la eliminación de más de 2.000 judíos.

Durante los estallidos de violencia del periodo de la peste negra las minorías hebreas de Maguncia o Colonia serían prácticamente eliminadas. En Estrasburgo tuvo lugar lo que podemos denominar otra Matanza de San Valentín, pues en ese día de 1349 se produjo la eliminación de más de 2.000 judíos.

Un cronista contemporáneo nos narra lo que aconteció en Lieja en 1349: «cuando vieron que esa mortandad y pestilencia no cesaba a pesar de los actos de penitencia, nació un rumor según el cual esa mortandad provenía de los judíos, y que los judíos habían arrojado ponzoña y veneno en los pozos y las fuentes del mundo entero, con el objeto de envenenar a toda la cristiandad, para tomar el poder en toda la tierra. Por eso, todos, poderosos o humildes, están tan indignados contra ellos que los señores y la Justicia local los quemaban y los mataban en todos los lugares por donde pasaban».

Sin embargo, en 1348, cuando la epidemia de la peste negra parecía asolar toda Europa sin remisión, la sociedad cristiana entendió que no estaba ante un caso puntual, sino de una conspiración en toda regla. El pueblo, en nombre de todos, tenía que responder y los judíos tenían que sufrir. Los pogromos –término que alude en exclusiva a los ataques a la comunidad judía- que habían estado focalizados en un lugar y en un momento concreto se convierten en moneda común.

Pero los judíos eran odiados por otros motivos, principalmente los económicos. Al tener prohibido el acceso a la propiedad de la tierra y poder dedicarse a actividades típicas del campesinado, ellos ejercían profesiones que llamaríamos liberales, como la medicina o en el comercio, o trabajaban para los príncipes en la recaudación de impuestos, aunque principalmente son conocidos por ser prestamistas a cambio de un cierto interés monetario.

el ejemplo más claro lo encontramos en la provincia de León, donde durante la Semana Santa se sale a la calle a «matar judíos» es decir a beber limonada en los bares.