Ève de entre sus escombros

Dime que me quieres, le digo.

Ella responde: El día en que le diga te quiero a un hombre, me mato

Yo vivo aquí desde siempre. Soy refugiado de nacimiento

Daría mi vida por ti.
Parece tan sencillo. Solo tú comprenderás lo que eso significa. Lo que hay de milagro y de pena en esas palabras.

no me llamarás nunca. Y yo te oiré de todas formas.

Soy joven: tiéndame la mano.
Sí, el poeta decía eso a los diecisiete años, por exceso de esperanza. Por exceso de fe, por exceso de promesas.

Acercarse a Ève significa quedar atrapada entre sus dientes.

Lo enmascaro todo y camino sobre las brasas, que no se note nada. Les dejo creer que soy de usar y tirar. Les dejo creer que no soy más que un cuerpo, ese cuerpo ante el que se estremecen al desvestirlo.

Diecisiete años y no sueñas con nada. Excepto con continuar así, caminando al lado de ti misma, huyendo de tus reflejos.
Diecisiete años y crees saberlo todo. Tu rostro se ha vuelto de piedra y tus manos están agotadas.

Los que deciden quedarse son los más brillantes y los más desesperados.

Las niñas siempre van a la iglesia, contentas de oírse llamar zorras por los chicos2.
Zorra, zorra, zorra.
Es una palabra bonita.