La vida de Eva había dado un giro inesperado.
Después de pasar toda su infancia con su madre, tenía que volver con su padre porque había sido admitida en una universidad en la ciudad de él. Vivir con su padre también significaba vivir con su madrastra Teresa, pero esa no era la única sorpresa que la esperaba en la nueva casa.
Los cuatro ahijados de Teresa, chicos innegablemente atractivos, también vivían allí. Eva no podía creer su suerte. Sin embargo, a medida que se asentaba en su nueva vida, empezó a darse cuenta de que aquellos hombres eran más de lo que parecían.
Mientras el enredo entre ellos se volvía más profundo, Eva se sentía inexplicablemente atraída por sus hermanastros. No sabía que su vida estaba a punto de cambiar de una forma que jamás habría imaginado…