Lo que nos ha permitido definir el carácter del pensamiento político moderno (o posmoderno) han sido, entre otros, temas como la inmigración, el comercio internacional, la protección del medio ambiente, los derechos humanos, el terrorismo, la identidad cultural, la evolución de los lenguajes en los que se expresan las ciencias sociales y la estética, los nuevos movimientos sociales, la constitución variable de estados y sociedades