Drogas y prohibición

En resumen, ha tratado de ser un alumno ejemplar, pero la estrategia punitiva no ha logrado los resultados esperados. Al contrario, la debilidad de las instituciones policíacas federales, estatales y municipales se ha agudizado por la expansión de la corrupción que parece incontenible

Por el lado de los campesinos productores de las plantas ilegales no hay ningún cultivo legal que pueda competir con los márgenes de ganancia que obtienen, incluso como asalariados en los plantíos ajenos. De parte del Estado tampoco existe ni siquiera el intento de proponer cultivos alternativo

n ausencia de una política de seguridad de Estado y ante la situación desastrosa de cientos de corporaciones policíacas corruptas, desorganizadas y mal preparadas –además de un débil sistema de procuración de justicia–, el gobierno federal, desde la administración del presidente Ernesto Zedillo (1994-2000) hasta la del presidente Felipe Calderón (2006-2012), le ha apostado cada vez más fuerte y de manera desesperada a los militares para tratar de controlar los asuntos relacionados con el tráfico de drogas ilegales. México pasó de la seguridad autoritaria a la inseguridad en la transición democrática.