de abril. Vimos a Pedro Carmona –por cierto, entonces vecino del edificio donde vivo, que la gente llamaba «el edificio de Carmona»– jurar ante nadie. Va a jurar frente al Congreso, pensé. Pero no. Juró en una sala del palacio de Miraflores frente a su familia y a su gabinete. Sigo en la oposición, escribí en un correo electrónico que envié a unos cuantos amigos.