Joan-Carles Mèlich

Ética de la compasión

  • J Jesús Chávezmembuat kutipan4 tahun yang lalu
    o somos ni buenos ni malos por naturaleza. Lo que somos (por naturaleza) es seres culturales, que llegamos a un mundo ambivalente, un mundo que se está haciendo y que nunca está completamente terminado. Nuestra vida tiene posibilidades, aunque no posibilidades absolutas.
  • Talia Garzamembuat kutipantahun lalu
    Joan-Carles Mèlich
  • Talia Garzamembuat kutipantahun lalu
    Allí, frente al paisaje nevado, Gabriel se da cuenta de su fracaso, se da cuenta de la imposibilidad de la compasión:
    Leves toques en el vidrio lo hicieron volverse hacia la ventana. De nuevo nevaba. Soñoliento, vio cómo los copos, de plata y de sombras, caían oblicuos hacia las luces. Había llegado la hora de variar su rumbo al Poniente. Sí, los diarios estaban en lo cierto: nevaba en toda Irlanda. Caía nieve en cada zona de la oscura planicie central y en las colinas calvas, caía suave sobre el
  • Talia Garzamembuat kutipantahun lalu
    Cuenta a su marido la historia de Michael sin poder reprimir el llanto. Siempre hay alguien que ha desaparecido para siempre de nuestra existencia y no tenemos más remedio que aprender a vivir con nuestras ausencias. En este caso no hay compasión posible. Nada ni nadie podrá llenar este vacío, porque este es el temido vacío existencial, el vacío que deja la ausencia del otro
  • Talia Garzamembuat kutipantahun lalu
    En este caso se comprende por qué razón he insistido tanto en la idea de que el testimonio no tiene nada que ver con el ejemplo, y de que, por lo tanto, el testigo que da cuenta de sí mismo y no de la ausencia del otro es –literalmente– un sinvergüenza.
  • Talia Garzamembuat kutipantahun lalu
    «Testimoniar» es un acto paradójico que supone al mismo tiempo una subjetivación y una desubjetivación. Ambas nunca pueden coincidir, porque es precisamente la imposibilidad de mantener unidos al viviente y al lenguaje lo que hace posible el testimonio. El yo debe quedar suspendido entre la vida y
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    Agamben sostiene que es el no hombre, el infrahumano, el que testimonia del hombre. El que de verdad testimonia es el musulmán, es decir, el sujeto del testimonio es aquel que testimonia de una desubjetivación. Así, como escribe Agamben: «Aquí puede medirse bien la insuficiencia de las dos tesis contrapuestas que dividen la opinión a propósito de Auschwitz: la del discurso humanista, que afirma “todos los hombres son humanos” y la antihumanista, que pretende que “sólo algunos hombres son humanos”. Lo que el testimonio dice es algo completamente diferente, que se podría formular en la tesis: los hombres son hombres en cuanto no son humanos o, de forma más precisa: los hombres son hombres en cuanto testimonian del nohombre».112
  • Talia Garzamembuat kutipantahun lalu
    Agamben sostiene que es el no hombre, el infrahumano, el que testimonia del hombre. El que de verdad testimonia es el musulmán, es decir, el sujeto del testimonio es aquel que testimonia de una desubjetivación. Así, como escribe Agamben: «Aquí puede medirse bien la insuficiencia de las dos tesis contrapuestas que dividen la opinión
  • Talia Garzamembuat kutipantahun lalu
    eterno retorno es, sobre todo, victoria sobre el resentimiento. Pues bien, en este punto también Auschwitz supone una ruptura. Auschwitz nunca ha dejado de suceder, se está repitiendo siempre. Y, para demostrarlo, Giorgio Agamben acude al final de La tregua de Primo Levi. Aquí, Levi cuenta un sueño, un sueño lleno de espanto que no ha dejado de visitarle, como élmismo dice. Él se halla en la mesa, con su familia, o con sus amigos
  • Talia Garzamembuat kutipantahun lalu
    Hay vergüenza, y por lo tanto sentido de culpa, por la ausencia de solidaridad. Levi confiesa que él mismo no fue solidario con sus compañeros, especialmente cuando ya tenía
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