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Violaine Bérot

Como bestias

  • Bety Ibarramembuat kutipan8 bulan yang lalu
    ¿Cómo se habrá desarrollado tras seis años de vida relacionándose solo con el Oso y Mariette? Ya se lo digo yo: por mimetismo, pareciéndose cada vez más a ese pobre muchacho y a esa mujer descarriada. Igual de salvaje y asocial. Igual que ellos en su negativa a mezclarse con otros seres humanos.
  • Dianela Villicaña Denamembuat kutipan4 bulan yang lalu
    A todas las chicas que algún día conocerán ese horror les deseo que encuentren a las hadas, ellas las ayudarán a levantarse. Eso es lo que quería decirles. Que la que abandonó a su hijo podría haber sido yo, Viviane Desroches, la farmacéutica de Saint-Marcel. Podría haber sido yo u otra cualquiera. Una chica de aquí, cualquiera de ellas. Es lo que les quería decir.
  • Dianela Villicaña Denamembuat kutipan4 bulan yang lalu
    Pero no contaba con el niño. No contaba con que dejaría huella. Así que las hadas, permitirme creer en las hadas, fue en cierto modo un alivio. De vez en cuando, en lugar de tener pesadillas, veía a las hadas. Se me aparecían. Las hadas de la gruta, las que cuidan de los bebés. Una se aferra a lo que puede. El mundo real se había vuelto demasiado peligroso, el horror podía surgir de cualquier parte, incluso de aquellos cuya conducta parecía irreprochable. Por suerte, estaban las hadas.
  • Dianela Villicaña Denamembuat kutipan4 bulan yang lalu
    a luz en el hospital. Me acogí al parto secreto. Pero habría preferido dejárselo a las hadas. Es cuestión de valentía, me parece a mí. Yo no fui lo bastante valiente, no me atreví a quedarme unos días al bebé antes de llevárselo a las hadas. No fui capaz. Pero lo habría preferido. Me habría gustado que las hadas se ocuparan del bebé antes que dejarlo en brazos de vaya usted a saber quién. Él no tenía la culpa de nada. Las hadas habrían sido lo mejor para él. Eso es lo que quería decirle. No sé si me explico, pero estoy convencida de que esa niña fue un bebé que alguien
  • Dianela Villicaña Denamembuat kutipan4 bulan yang lalu
    Nadie podría imaginarse lo que le ocurrió a Viviane Desroches, la farmacéutica de Saint-Marcel. Nadie sospecharía que esa señora en la que me he convertido, esa señora siempre tan erguida con su bata blanca detrás del mostrador, que escucha las quejas de todos los habitantes del valle y tranquiliza a todo el mundo, que esa señora dio a luz por parto secreto hace treinta y dos años y tres meses. Nadie podría imaginarse que la farmacéutica de Saint-Marcel abandonó a su bebé, y que desde entonces no ha parado de lamentar no haberlo dejado a los pies de la gruta de las hadas. Ustedes me miran y ven a una mujer madura, sensata, con la cabeza bien amueblada. He venido a verlos porque quiero estar segura de que entenderán lo que les diga. Tengo una edad lo bastante respetable como para que no se tomen lo que les voy a decir como una ofensa. Veo pasar por la farmacia a todas esas chicas e intuyo lo que les ha pasado, o lo que les puede llegar a pasar. Sí, aquí también. Como en todas partes. Ustedes son hombres, me imagino que debe de ser más difícil para ustedes entender lo que significa ser una chica joven, el peligro que eso supone. No estoy diciendo que todos los hombres sean unos cerdos y que todas las chicas sean sus presas, no digo eso. Lo que digo es que algunos hombres, y no necesariamente los que parecen más inestables ni los más marginales, algunos hombres se pasan de la raya.
  • Dianela Villicaña Denamembuat kutipan4 bulan yang lalu
    Es verdad. Cuando la señorita Lafont quiso mandarlo a un centro, me las ingenié para que mi hijo y yo desapareciéramos discretamente del mapa. Es probable que entonces fuera más fácil que ahora. Lo aparté voluntariamente del sistema porque la vida que yo había imaginado para nosotros era la única que a él le convenía. Nosotros dos solos, la montaña, los animales, las hadas, la fórmula perfecta, mi hijo irradiaba felicidad por los cuatro costados. ¿Por qué tendría que haberlo mandado a un centro psiquiátrico? ¿Por qué tendría que haber hecho caso a su maestra cuando sabía muy bien que estaba equivocada?
  • Dianela Villicaña Denamembuat kutipan4 bulan yang lalu
    ¡Pero es normal que la niña grite! ¡Es normal que llore, que no quiera que nadie se le acerque, que nadie la vista, que nadie la lave! Si ha vivido en la gruta desde que era bebé, si solo conoce el bosque, las rocas, los animales, si no ha visto a más humanos que a mi hijo y, de vez en cuando, a Luc, ¿tanto le extraña que pueda estar aterrorizada por lo que está viviendo? ¿No se da cuenta de que el maltrato es precisamente eso?
  • Dianela Villicaña Denamembuat kutipan4 bulan yang lalu
    Para mí, formaban una familia. Se comportaban como un padre y una hija. Con eso me bastaba.

    Pero ¿qué interés debería tener yo en saber si realmente era su hija o no? ¿Por qué es tan importante?
  • Dianela Villicaña Denamembuat kutipan4 bulan yang lalu
    ¿Que qué me cuentan cuando hago el reparto? Bueno, depende, depende de la gente. Unos dicen que la niña es hija de ella. Otros dicen que es hija de él. Incluso hay quien dice que es hija de los dos, y que por eso la tenían escondida. Hasta hay uno que me ha hablado, imagínese, de tráfico de niños. Como la frontera no está lejos, dice que pasan a los críos por los puertos de montaña, para la donación de órganos.
  • Dianela Villicaña Denamembuat kutipan4 bulan yang lalu
    Que por qué estoy tan furiosa? ¿Se está riendo de mí? ¿Acaso no le parece normal que una mujer a la que le han quitado brutalmente, violentamente a su hijo esté furiosa?
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