Escenario de Guerra

Sueña que Dios se arrodilla en su hombro y le pide perdón.

Nuestros monólogos cruzados se elevan hacia la bóveda de la sala. Los personajes se escriben unos a otros. Damos vida a una pose que nos identifica. El director de la obra detiene la escena. Es un instante muerto para nuestros personajes. Nos contempla y corrige nuestras posturas. Se diluye la interrupción y damos vida al gesto pendiente, ahora reformado. Se fragmenta el cuadro, sabemos que la representación ya no es la misma

Saca de su cartera un peine. Me comienza a cepillar el pelo. Sus manos recorren suave mi melena. Me acaricia con una electricidad en marcha lenta. Va procurando, entre las hebras, mi perdón

La historia no se devuelve sólo en el tiempo, sino también en el espacio

Me acomodo entre los otros integrantes del elenco. Todos deberemos desplegar nuestra narrativa, nuestra cartografía personal

¿Somos el recuerdo de alguien que hemos olvidado?

Somos expertos en fracturas, estamos rodeados de restos y fragmentos.

Lo sostiene la profundidad de campo, el primer plano borroso

Recorto las imágenes de guerra, son siempre en blanco y negro sin importar la época

Yo regresaba, cincuenta años después de que mi padre abandonara ese lugar, para apreciar el mismo paisaje de las ciudades en guerra