Nadie aún ha descubierto el estado de cosas después de la muerte, porque es imposible imaginar cuál sería la actitud de Dios, el mismo Dios que, de manera inexplicable para nosotros, hace que germine una semilla. Yo no sé cómo germina la semilla, yo no sé por qué este cielo azul, yo no sé para qué mi vida, porque todo sucede de un modo que mi mente humana desconoce. Vivo sin explicación posible.