La subasta de solteras estaba saliendo tal y como Angelica Leone la había planeado… hasta que se cayó del escenario y aterrizó en los brazos de un hombre que parecía dispuesto a estropearle el peinado…
Como director general de una gran empresa, Paul Sterling estaba acostumbrado a conseguir todas y cada una de las cosas que deseaba. ¡El problema era que esa vez lo que deseaba era a ella!
Tendría que recordar que aquello no era más que una cuestión de negocios… por mucho que aquel tipo la hiciera desear con todas sus fuerzas poder cruzar la línea que separaba los negocios del placer…
Un, dos, tres… ¡adjudicada!