Cómo componer una canción

o hay ninguna opinión —ni la suya ni la mía— que duela mucho tiempo, siempre que vuelva a ser capaz de escuchar y amar.

vivir al menos una vez un momento en el que ya no estás «intentando» hacer nada ni ser nada.

De hecho, cada canción y cada acto de creatividad es un acto de desafío en un mundo que a menudo parece decidido a autodestruirse

La melodía es la piedra o el marfil. Al principio me centro únicamente en los sonidos, voy tallando las palabras, y luego las palabras con significado, hasta que aparece una imagen y, por último, puedo añadir un lenguaje claro y preciso

esta parte de quienes somos ejerce un gran control sobre la cantidad de libertad que nos concedemos a la hora de crear.

Riffs, trozos de melodías vocales, progresiones de acordes, sonidos, samples, loops, ritmos... básicamente cualquier cosa del universo sónico que pienses que te gustaría volver a escuchar y que algún día pudiera resultar de utilidad en la elaboración de una canción.

En esta fase, no te estás comprometiendo a nada, solo estás creando componentes básicos.

para dar con otra palabra que pudiera resultar interesante como parte de un pareado. Antes de que te des cuenta, puede empezar a salir a la luz una historia que no tiene nada que ver con el texto de partida.

Podrías anotar la palabra de partida que elijas, la que sea, y a lo mejor encontrar una palabra que rime con ella, igual usando un diccionario de rimas

resulta más fácil una vez que tienes una palabra de partida que hace que todo lo demás encaje