La innovación retrógrada, es la primera parte de una historia de la literatura mexicana del siglo XIX, cuya esencia es colocar a esa recién bautizada como ''literatura nacional'', en 1836 por Guillermo Prieto y sus amigos, en la llamada Academia de Letrán, en el mapa de la literatura mundial. Esta obra, empieza de adelante para atrás, subrayando la idea que de nuestras letras tenía Marcelino Menéndez Pelayo en 1893, el principal crítico de la lengua. El propósito del autor releer de otra manera el ''atraso'' con el cual comienza nuestra literatura y relacionarlo con las tensiones literarias que atravesaban a todo el siglo XIX.