¿Qué valor documental debemos conceder al retrato de un rey, de una ciudad o de una batalla? ¿Cómo tenemos que acercarnos a la «verdad» que las imágenes ofrecen acerca del pasado? Peter Burke, catedrático de la Universidad de Cambridge y uno de los historiadores de mayor reputación de nuestros días, se plantea aquí esta cuestión esencial, insuficientemente abordada por la historiografía. A través de un estudio minucioso de grabados, pinturas, dibujos y fotografías de todas las épocas, desde las estatuas de los emperadores romanos hasta los murales sobre Stalin, las fotografías de Robert Capa o el cine, pasando por el tapiz de Bayeux o los retratos de Botticelli o Tiziano, Burke pone de relieve que las imágenes no son reflejos objetivos de un tiempo y un espacio, sino parte del contexto social que las produjo, y es cometido del historiador reconocer ese contexto e integrar la imagen en él. Este libro invita al lector a cuestionar el supuesto carácter inocente de los testimonios oculares, y propone, a partir de esa preocupación, un conocimiento más profundo del ayer capturado en las imágenes.