¿Puede hablarse de la existencia de un sentir nacional? ¿Es posible pensar en un estado de ánimo que caracterice al mexicano en sus diferentes versiones? Es probable que con Llegamos tarde a todo Fernando Rivera Calderón haya logrado obtener la más precisa radiografía de la condición anímica nacional. Esa sensación que se resume en frases como “ya casi”, “hoy no era” y, por supuesto, “ahi pa' la otra”, ese sabor de boca que dejan en este país sucesos como el mundial, la entrega de los Óscares o las elecciones.
En su escritura Rivera Calderón traza nuestro perfil poético; uno en el que tras cada derrota hay siempre una carcajada. Así, el poeta nos invita a encontrar la mística de lo doméstico y lo cotidiano, la profundidad filosófica del chascarrillo y, principalmente, nos recuerda que la demora no es el final de una búsqueda, pues lo importante no es llegar primero, sino saber llegar.
«Fernando Rivera Calderón define y redefine al mundo con sarcasmo y desparpajo, pero también con la iluminación invaluable de su inteligencia, esa chispa con la que le brillan los ojos cuando sonríe.» Jorge F. Hernández
«Páginas llenas de dobles sentidos, ironías, humor, juegos de palabras e incluso homenajes a escritores y filósofos desde Monterroso a Giordano Bruno. […]El resultado de seis meses de trabajo y varias noches sin dormir es un libro objeto en el que las palabras están acompañadas por las magníficas ilustraciones de Alejandro Magallanes.» Mari Luz Peinado, El País