La humanidad avanza; quizás muy lentamente en ciertos ámbitos, pero es innegable que su marcha es incesante. Evolucionamos gracias a nuestra capacidad de reflexión, porque podemos pensar sobre el mundo que nos rodea y sobre nosotros mismos.
Como sociedad, lo que nos permite crecer es el cuestionamiento de la supuesta normalidad, la incansable búsqueda de una discusión respecto a lo preestablecido. Y de eso trata este libro: del cuestionamiento de los mandatos, del hurgar dentro de uno mismo para entender los porqués de ciertos comportamientos, de la valentía de poder mirarse en el mismo espejo, pero con otros ojos.
Máscara de machirulo, entonces, puede considerarse como un libro de memorias, como un compendio de historias de amor y desamor o, mejor, como el diario de un viaje colectivo en el que todos seguimos caminando.