El practicante medita sobre la mente, y al hacerlo, es capaz de ver la interdependencia que existe entre el objeto y el sujeto del conocimiento. Cuando practicamos la atención sobre la respiración, ese conocimiento de la respiración es mente; cuando practicamos la atención sobre el cuerpo, el conocimiento del cuerpo es mente; cuando practicamos la atención sobre objetos externos, el conocimiento de esos objetos también es mente. Por tanto, la contemplación de la naturaleza de la interdependencia de todos esos objetos, también es la contemplación de la mente. Cada objeto de la mente es mente en sí misma.