Manifiesto Comunista

11] Reconocían que seguía siendo una exposición fundamental del análisis que distinguía su comunismo de todos los demás proyectos de creación de una sociedad mejor.

El Marx maduro tampoco sostendría que el precio de la mercancía “trabajo” era su costo de producción, esto es, el costo del mínimo fisiológico para mantener vivo al trabajador.

Así, es indudable que la distinción entre la venta, por el proletario, de su “trabajo” al capitalista y la venta de su “fuerza de trabajo”, que es esencial para la teoría marxiana de la plusvalía y la explotación, estaba ausente en el Manifiesto.

Por otra parte, está claro no sólo que el Manifiesto se escribió en y para una situación histórica específica, sino también que representaba una fase –relativamente inmadura– en el desarrollo del pensamiento marxiano.

9] Como el texto deja ver con claridad, en esa etapa el Partido Comunista de Marx y Engels no era ninguna forma de organización ni intentaba establecerla, y menos aún una organización con un programa específico distinto del de otros grupos.[

Para mencionar un ejemplo obvio: el “Partido Comunista” cuyo manifiesto afirmaba ser nuestro texto no tiene nada que ver con los partidos de la política democrática moderna ni con los “partidos de vanguardia” del comunismo leninista, y ni hablar de los partidos de Estado del tipo soviético o chino.

Hacía eco al significado original del término griego idiotes, del cual procede el significado actual de “idiota” o “idiotez”: “una persona exclusivamente interesada en sus asuntos particulares y no en los de la comunidad en general”.

En síntesis, ya no era sólo un documento marxista clásico: se había convertido en un clásico político a secas.

Ninguno de ellos optó por darse a conocer como Partido Comunista hasta que los bolcheviques rusos volvieron al nombre original tras la Revolución de Octubre, pero el título de Manifiesto del Partido Comunista se mantuvo sin cambios.

escrito por Marx luego de que el órgano ejecutivo del grupo le hiciera un severo llamado de atención, dado que, tanto entonces como más adelante, aquel siempre tropezaba con dificultades para terminar sus textos, salvo cuando estaba bajo la presión de una fecha límite ineludible