La vida abierta

que la autorreferencialidad es una característica de esa condición, de esa naturaleza: pensar que todo sucede en torno a ti, que todos, hasta los desconocidos, te miran. Unica no se avergonzaba de sus visiones porque le permitían ver la vida abierta.

No te llevarás el recuerdo de tu madre

tus ávidos ojos

tus canciones escogidas como pan

te llevarás lo que juntas

lo que juntas tanto en ti

que no lo puedes ver.

La arqueología de la basura es una escuela que considera que todo lo que se desecha pasa a ser, de manera inmediata, material de estudio sobre el hombre; sin embargo, esta corriente es rebatible por algunos teóricos que cuestionan la falta de alejamiento histórico. ¿Por qué tiró esto y no lo otro, y dónde está lo que no tiró y por qué no lo podemos encontrar? Imagino a un arqueólogo con una pala escarbando adentro de mi basurero. Sacaría algunas fotografías donde estamos disfrazados en fiestas. Vería mis cuadernos de la licenciatura pidiendo piedad por mi falta de rigor. Me llevaré lo que me importa y ocupará mi nueva casa, pero son los restos los que hablarán de mí.

Todos los brazos de los árboles sirven para detener el cielo

que a veces se cae.

Son una lección de vida y de muerte pero sobre todo de temporalidad.

Los árboles dan a luz muy lejos de sí mismos.

introspección puede provocar los peores pensamientos, aunque quizá los hace conscientes solamente.

Quien no conoce su historia está condenado

quien conoce su historia está condenado

quien no conoce su mente está condenado

quien no conoce que está concatenado

quien no conoce el nido de su entraña

está condenado

y la condena es invisible

como los órganos vitales.

acepto que se vive adentro de uno mismo y nada más.

La soleá es un baile de triunfo porque la soledad es una fuerza creadora: la resistencia al abandono de sí mismo ante la ausencia de los otros. El tronco apenas se sale del centro; los brazos y las piernas siempre vuelven. Así se lleva el peso de los ausentes encima al bailar. Si un pie se desplaza, se toma su tiempo. Siente la duela, el empeine va como un miembro independiente.

Un día me separé de un hombre que pensé que amaría para siempre. La desazón me hizo aprender a ver mis pensamientos. En ese momento la vida se abrió de verdad, y yo miraba mi mente como la novia asustada miraba las sandías abiertas.

No se atrofia la vida al detenerse
se desdobla
tantas veces como haya sido oprimida
va sacando su humedad
es triste verla
se ha perdido tanto tiempo y sin embargo
sigue ahí
por el resto de los años
ya nuestra.