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Buku
Mario Benedetti

La noche de los feos

  • Isela Vázmembuat kutipan5 tahun yang lalu
    «Usted se siente excluida del mundo, ¿verdad?»

    «Sí», dijo, todavía mirándome.

    «Usted admira a los hermosos, a los normales. Usted quisiera tener un rostro tan equilibrado como esa muchachita que está a su derecha, a pesar de que usted es inteligente, y ella, a juzgar por su risa, irremisiblemente estúpida.»
  • ruth09urbinamembuat kutipan5 hari yang lalu
    Allí fue donde por primera vez nos examinamos sin simpatía pero con oscura solidaridad, allí fue donde registramos, ya desde la primera ojeada, nuestras respectivas soledades. En la cola todos estaban de a dos, pero además eran auténticas parejas: esposos, novios, amantes, abuelitos, vaya uno a saber. Todos—de la mano o del brazo— tenían a alguien. Sólo ella y yo teníamos las manos sueltas y crispadas.
  • ruth09urbinamembuat kutipan5 hari yang lalu
    Tanto los de ella como los míos son ojos llenos de resentimiento, que sólo reflejan la poca o ninguna resignación con que enfrentamos nuestro infortunio.
  • Zaydimembuat kutipan25 hari yang lalu
    A veces me pregunto qué suerte habría corrido el mito si Narciso hubiera tenido un pómulo hundido, o el ácido le hubiera quemado la mejilla, o le faltara media nariz, o tuviera una costura en la frente.
  • Eugenia Altamirano Gamamembuat kutipan10 bulan yang lalu
    Por fin entramos. Nos sentamos en filas distintas, pero contiguas. Ella no podía mirarme, pero yo, aún en la penumbra, podía distinguir su nuca de pelos rubios, su oreja fresca, bien formada. Era la oreja de su lado normal.
  • Jackie R.membuat kutipantahun lalu
    Usted admira a los hermosos, a los normales. Usted quisiera tener un rostro tan equilibrado como esa muchachita que está a su derecha, a pesar de que usted es inteligente, y ella, a juzgar por su risa, irremisiblemente estúpida
  • Jackie R.membuat kutipantahun lalu
    Mi animadversión la reservo para mi rostro, y a veces para Dios.
  • Iván Rodríguez Cruzmembuat kutipan4 tahun yang lalu
    «Sí», dijo, todavía mirándome.

    «Usted admira a los hermosos, a los normales. Usted quisiera tener un rostro tan equilibrado como esa muchachita que está a su derecha, a pesar de que usted es inteligente, y ella, a juzgar por su risa, irremisiblemente estúpida.»

    «Sí.»

    Por primera vez no pudo sostener mi mirada
  • Angel Aldanamembuat kutipan4 tahun yang lalu
    Hablamos largamente. A la hora y media hubo que pedir dos cafés para justificar la prolongada permanencia. De pronto me di cuenta de que tanto ella como yo estábamos hablando con una franqueza tan hiriente que amenazaba traspasar la sinceridad y convertirse en un casi equivalente de la hipocresía. Decidí tirarme a fondo.
  • Diana Martínez Maldonadomembuat kutipan4 tahun yang lalu
    Ella guardó el espejo y sonrió. El pozo de la mejilla cambió de forma.

    «Un lugar común», dijo. «Tal para cual.»
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