Nuevos ensayos mexicanos

Uno de los grandes poetas de México, Ignacio Manuel Altamirano, cifró inmejorablemente la dimensión y el significado de Juárez en una carta que le escribió en 1865:
Lo que garantiza nuestro triunfo es la gran flama que arde en el corazón de nuestra patria. Cuando aparecieron falsos rumores en el extranjero de que usted había abandonado el territorio nacional, respondí a quienes dudaban con una sonrisa de valentía y de desprecio: es más fácil que la tierra abandone su eje que este hombre la República […]. ¿Pero dónde se encuentra? –me preguntaban–. No sé el nombre del lugar donde se encuentra –respondí–, pero se halla en la República, trabaja por la República y morirá en la República. Y si sólo queda un pequeño pedazo de tierra independiente en este país, allí podrán encontrar al presidente.

Es cierto, mi señor –escribió a su oponente– que la historia registra nombres de grandes traidores que rompieron su honor, no cumplieron sus promesas y que traicionaron a su propio partido, su origen y lo más sagrado en un hombre de honor, y que el fundamento de esta traición fue un orgullo falso y el deseo vil de satisfacer sus propios móviles y sus instintos más bajos. Pero el que actualmente detenta el puesto de presidente de la República, que proviene de las capas más profundas del pueblo, habrá de morir, si Dios quiere que así muera, siendo fiel a su honor en concordancia con las aspiraciones y con la conciencia de la nación que dirige. Yace en la voluntad de cada individuo violar los derechos del otro, arrancarle su propiedad, poner en peligro la vida de aquellos que luchan por la libertad, cifrar sus virtudes como crímenes y sus vicios como virtudes. Pero hay algo que escapa al horizonte de la maldad, y ello es el poderoso juicio de la historia. La historia nos juzgará.7

El triunfo de la Revolución cubana suscitó un auge de la izquierda en América Latina. La Revolución cubana al mismo tiempo inspiró, unificó y dividió a la izquierda.

de la Revolución cubana y su momento culminante fue la derrota de Estados Unidos en Bahía de Cochinos.

La segunda etapa de la Guerra Fría en América Latina empezó con el triunfo

esos primeros años de la Guerra Fría también la Unión Soviética se desentendió de América Latina. Ello no significa que los soviéticos no estuvieran involucrados en la política latinoamericana a través de los partidos comunistas, sobre los cuales ejercían una poderosa influencia.

Una cuarta característica de este periodo fue la falta de ayuda económica de Estados Unidos a América Latina. Aunque ésta fue la época del Plan Marshall durante la cual Estados Unidos mandó millones de dólares a Europa occidental para favorecer su recuperación económica, no hizo otro tanto con América Latina.

primera etapa de la Guerra Fría abarca desde 1946 hasta 1959.

Un ejemplo muy claro de esta tendencia fue el apoyo dado por Estados Unidos a Fulgencio Batista cuando éste derrocó al gobierno del presidente Prío Socarrás en Cuba, que de ninguna manera se podría llamar de izquierda.

Una segunda característica de este periodo fue el apoyo dado por Estados Unidos a dictaduras autoritarias,