Qué es la pintura

las gentes consideraban estos objetos creados por el hombre como un dios visible.

Cuanto más interés despierta en nosotros el estilo, menos importancia otorgamos a la perfección de la representación.

las pinturas nos presentan una visión de cosas susceptibles de ser vistas de otra manera.

Cuanto más interés despierta en nosotros el estilo, menos importancia otorgamos a la perfección de la representación.

La mímesis es imitación y la imitación, representación. Esta fue la premisa prevalente en Europa durante dos mil años tras la muerte de Aristóteles, el gran categorizador filosófico. Y si la imitación es un talento que hay que perfeccionar, entonces también lo es la representación.

Es la mimesis platónica y aristotélica, si traducimos este término como “imitación”, como la creación de cosas que se parecen a otras. La representación pictórica, pues, se basa en la posibilidad de semejanza.

Como comentábamos en el capítulo “Imágenes y marcas”, la expresión ha reemplazado a la representación pictórica —o a la imitación de la naturaleza— como la descripción más respetable del oficio de pintor.

Tiempo ha, la pintura era considerada principalmente algo externo que hacía referencia a la naturaleza; en la actualidad se define como algo interno, definición que resultaría incoherente si los pintores no tuviesen nada que expresar en su interior.

Un relato que equipare la representación con el poder del retrato no puede explicar la razón de esta transformación, tan solo puede lamentarse en vano del empobrecimiento cualitativo que experimentó el arte del retrato.

ensación de que se trata de sujetos conscientes, capaces de observarnos como nosotros los observamos a ellos.