El señor de las muñecas y otros cuentos de terror

la lealtad de los adultos está reservada a otros adultos, no a los niños

Porque esa es la injusticia: solo si te matan «eres inocente». Si peleas por tu vida, eres «culpable».

Los ricos tienen una ventaja injusta sobre el resto de nosotros.

justo la clase de persona que me gustaría tener de amigo… si pudiera permitirme el lujo de tener amigos.

Oye, que no pasa nada porque me odies, mamá. Yo también te odio a ti.

Criaturas pequeñas y tontas que camináis erguidas y no dejáis de ambicionar cosas.

Era una idea hasta cierto punto ridícula, la supervivencia de los más aptos. Quizá servía de regla general para grandes cantidades de criaturas, pero no para individuos. Puedes ser muy apto pero quedar atrapado en la multitud que intenta salir de un edificio en llamas. Ser muy apto pero contraer una virulenta enfermedad y no poderte pagar el tratamiento porque eres pobre y no tienes seguro. Y por supuesto, puedes morir por puro accidente… a causa del descuido de otro.

Y sin embargo, si pereces, es que no eras apto. Le importarás un bledo a la historia, la historia ni siquiera tendrá constancia de ti.

Como un animal que se ha vuelto indefenso por falta de depredadores, había sido fácil de acorralar cuando llegó uno experimentado.

Había pasado la mayor parte de su vida adulta de luto. ¡Como si la muerte prematura no fuera algo corriente en la naturaleza! Aquella era, sin lugar a dudas, la lección de las Galápagos.

parte trasera de la casa de Mariska hasta el pavimento desigu