"¡Cuán equivocados están aquellos que creen que el silencio necesariamente se corresponde con el desierto, el vacío, la ausencia de actividad, de creación, en una palabra, con la nada! En realidad, hay silencios y silencios, y de una forma general puede decirse que existen dos tipos de silencio: el de la muerte y el de la vida superior. Precisamente, es este silencio de la vida superior que es preciso comprender y al que nos referimos. Este silencio no es una inercia sino un trabajo intenso que se realiza en el seno de una perfecta armonía. Tampoco se trata de un vacío, de una ausencia, sino de una plenitud comparable a la que experimentan aquellos seres que están unidos por un gran amor y que viven algo tan profundo que no pueden expresarlo ni mediante gestos ni mediante palabras. El silencio es una cualidad de la vida interior".