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Carlo Collodi

  • Abril G. Kareramembuat kutipan2 tahun yang lalu
    —¿Y cuál sería ese oficio?

    —El de comer, beber, dormir, divertirme y de la mañana a la noche hacer vida de vagabundo.
  • Abril G. Kareramembuat kutipan2 tahun yang lalu
    —¿Quién es yo?

    —Pinocho.

    —¿Qué Pinocho?

    —La marioneta, la que vive en casa del Hada.

    —Ya, entiendo —dijo el Caracol—. Espérame ahí, que bajo y te abro enseguida.

    —Apresúrese, por caridad, que me muero de frío.

    —Hijo, yo soy un caracol, y los caracoles nunca tienen prisa.
  • Danielmembuat kutipantahun lalu
    la historia de Italia durante el siglo XIX casi se identifica con el proceso de unificación y liberación de las potencias extranjeras
  • Abril G. Kareramembuat kutipan2 tahun yang lalu
    —Decía… —maulló la marioneta a media voz— que me parece un poco tarde para ir a la escuela…

    —No, señor. Ten presente que para instruirse y aprender nunca es tarde.

    —Pero es que yo no quiero oficio ni profesión.

    —¿Por qué?

    —Porque trabajar me resulta fatigoso.
  • Abril G. Kareramembuat kutipan2 tahun yang lalu
    El ocio es una enfermedad fatal, y hay que curarla enseguida, desde niños, porque de mayores ya no se cura.
  • Abril G. Kareramembuat kutipan2 tahun yang lalu
    —¿Qué te importa la escuela? A la escuela ya iremos mañana. Con una clase más o una menos, siempre seremos igual de tarugos.
  • Abril G. Kareramembuat kutipan2 tahun yang lalu
    —Y si yo estudio, ¿a vosotros qué os importa?

    —Nos importa muchísimo, porque nos obligas a quedar mal con el maestro.

    —¿Por qué?

    —Porque los colegiales que estudian hacen desaparecer siempre a los que son como nosotros, que no tienen ganas de estudiar. Y nosotros no queremos desaparecer: ¡también tenemos nuestro amor propio!
  • Abril G. Kareramembuat kutipan2 tahun yang lalu
    Déjame a mí: te voy a freír en la sartén con el resto del pescado, y verás cómo te gusta. Que te frían en compañía es siempre un consuelo.
  • Abril G. Kareramembuat kutipan2 tahun yang lalu
    Érase una vez…

    —¡Un rey! —dirán enseguida mis pequeños lectores.

    No, chicos, os habéis equivocado. Érase una vez un trozo de madera.
  • Verónica Díazmembuat kutipan2 tahun yang lalu
    William Thackeray (La rosa y el anillo, 1855), Lewis Carroll (Alicia en el País de las Maravillas, 1865) y George MacDonald (La princesa y los trasgos, 1872).
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