Yo os hablo, y alguno de vosotros hasta me cae simpático. A algún otro, en cambio, le partiría la cara. Pero hasta al más simpático de vosotros, si tiene más coños y dinero que yo, lo prefiero muerto. Si uno de vosotros se convierte en mi hermano y yo lo elijo en la organización como mi igual, el destino es indudable, intentará joderme. Don’t think a friend will be forever a friend. Seré asesinado por alguien con quien he compartido comida, sueño, todo. Seré asesinado por quien me ha dado refugio, por quien me ha escondido. No sé quién será, de lo contrario ya lo habría eliminado. Pero sucederá. Y si no me mata, me traicionará. La regla es la regla. Y las reglas no son las leyes. Las leyes son para los cobardes. Las reglas son para los hombres. Por eso nosotros tenemos reglas de honor. Las reglas de honor no te dicen que tienes que ser justo, bueno, correcto. Las reglas de honor te dicen cómo se manda. Qué tienes que hacer para manejar gente, dinero, poder. Las reglas de honor te dicen qué hacer si quieres mandar, si quieres joder al que tienes encima, si no quieres que te joda el que tienes debajo. Las reglas de honor no hay que explicarlas. Están y basta. Se han hecho solas con la sangre y en la sangre de cada hombre de honor. ¿Cómo puedes elegir?»