En la obra de Castoriadis, la frase performativa, «descolonizar el imaginario», es obvia, aunque por lo que sé, nunca la utilizó de esta forma. Para Castoriadis, autor de La institución imaginaria de la sociedad, la realidad social es la puesta en práctica de «significaciones imaginarias», es decir, representaciones que movilizan sentimientos. Si el crecimiento y el desarrollo son creencias, y por lo tanto, significaciones imaginarias al igual que el «progreso» y todas las demás categorías fundadoras de la economía, entonces salir de ellas, abolirlas y trascenderlas (la famosa Aufhebung hegeliana), implica descolonizar nuestro imaginario; cambiar realmente el mundo antes de que el cambio del mundo nos condene.