Kutipan
No puedo olvidar porque no puedo olvidar. Y ahora, al fin, todos estos recuerdos tendrán que disiparse...
No hay más que un solo desenlace, y es el desenlace que deseo. Con él probaré que mi vida es mía, y sólo mía.
Pero a Gerda la veía con los ojos del amor, e incluso en su lecho de muerte fue bella. La belleza estúpida de Gerda Bormann.
echemos en él entrañas ponzoñosas:
sapo, tú que te has pasado
treinta y un días y noches
bajo la piedra fría, sudando veneno,
hierve el primero en la olla hechizada [...]
Tajada de sierpe del pantano
que cuece en el caldero;
ojo de tritón, pie de rana,
pelusa de murciélago y lengua de can,
lengua de víbora y aguijón de alimaña,
pata de lagarto y ala de mochuelo [...]
Escamas de dragón, colmillo de lobo,
momia de bruja,
tripas de insaciable tiburón,
raíz de cicuta arrancada en la noche,
hígado de judío blasfemo,
hiel de cabra, virutas de tejo
plateado en eclipse de luna,
nariz de turco, labios de tártaro,
dedo de niño parido en un foso
por una ramera, y ahogado al nacer,
y que la bazofia hierva hasta que espese [...]
Y que enfríe con sangre de mono,
y se habrá obrado el conjuro.
Estoy tan hundido en sangre
que
Kesan
Leí el libro por la película que estuvo nominada al Óscar este año 2024 y aunque no tienen nada en común ambos (libro y película) más que los personajes principales e infames que causaron la muerte sistemática de millones de judíos, si es un libro que de manera novelada y ficticia nos sigue llevando a ese terrorífico camino de la deshumanización, el exterminio y la crueldad que caracterizo a los que por una causa sin explicación y abusando de su poder mataron a tantos y tantos inocentes.
Una historia oscura, deprimente a pesar de que su autor intentó hacerla
lo menos oscura y deprimente posible.
A pesar de eso hay momentos en que no se puede evitar sentir una sensación de desasosiego e impotencia.
No es la gran historia pero no te deja tampoco sin darte algo en que pensar y mucho.
