Ana Ramírez Requena

—No se te ocurrirá tirar a mi niño.

—Papá, tu niño soy yo.

—Ya, bueno, pero tú no grabas vídeos.

Otras veces pienso que la gravedad es amor, porque nos exige que caigamos rendidos a sus pies.

Puedes ser lo que tú quieras, pero si vas en contra de quien eres por dentro, la cosa no funciona.