La célula del partido Nazi, NSDAP en Uruguay, comenzó oficialmente en 1933, cuando Adolfo Hitler fue nombrado Canciller en Alemania; pero ya existían fuertes sentimientos Nacional Socialistas entre inmigrantes alemanes. Adolfo Hitler restauró la moral del pueblo alemán, culpando arbitrariamente a los judíos, gitanos, masones, católicos, comunistas.

Al mismo tiempo, Uruguay estaba pasando por un período derechista con Gabriel Terra, presidente y dictador del país desde 1931 a 1938, quién apoyo a dictadores como Francisco Franco en España, Benito Mussolini en Italia y Adolfo Hitler en Alemania. Por otro lado, se encontraban en Uruguay aquellos europeos que habían abandonado su patria justamente por las injusticias que estos líderes habían causado en Europa. Uruguay era un país demócrata que disfrutaba de libertad. Es justamente debido a esta libertad y democracia que la infiltración de la «Quita Columna Nazi en Uruguay» fue fácil y prácticamente indetectable entre uruguayos.

Es gracias a la prensa libre uruguaya, como el periódico «El País» que la célula Nazi fue desenmascarada. El conocimiento de su existencia llegó a las autoridades jurídicas y legislativas. Ya se habían hecho denuncias al Ministro de Interior, quien dejándose influenciar por el jefe del distrito Nazi en Uruguay, Julio Dalldorf, puso poco empeño para indagar y trató de convencer a los legisladores que no prosiguieran con la investigación.

La investigación del Parlamento sobre la batalla del Rio de la Plata, depósitos de fondos Nazis en el Banco Alemán Transatlántico, el Plan Nazi de invadir a Uruguay, las Tropas paramilitares de Asalto, los Planeadores y Paracaidistas Alemanes, la infiltración en escuelas como el Colegio Alemán, infiltración en la industria, la infiltración profesional e infiltración en la prensa, había ocurrido desde 1933 a 1940. El nombre de los cabecillas como Arnulf Fürhmann, Rudold Pätz, Dutine, Becker; así como Meissner y Gordos que eran de la Gestapo en Alemania, fueron nombrados hasta en periódicos internacionales como “The Chicago Tribune” o el “Examiner”.

El Plan de invasión incluía la participación de los inmigrantes de las colonias alemanas, con ayuda de miles de armas modernas que se encontraban en las Misiones, Argentina. Así como la ayuda de unos 2000 Tropas de Asalto de reserva que se encontraban en Buenos Aires, y otro tanto entre Brasil y Paraguay. Una vez que los Nazis tomaran el país, de inmediato ocuparían cargos caves, si es que no lo habían hecho ya. El próximo paso era asesinar a los líderes de la prensa, políticos, judíos y masones. El objetivo final era convertir al Uruguay en una colonia agrícola alemana, dirigida exclusivamente por alemanes, donde el resto del país serían tratados como esclavos.

Una vez invadido Uruguay, pensaban invadir a Argentina y Brasil; continuando al norte hasta llegar a Norteamérica. Adolf Hitler decía: «Hoy Alemania, mañana el mundo entero”.

Una vez terminada la guerra, la reacción de los miembros del partido y simpatizantes Nazis se dividió, algunos siguieron a escondidas recibiendo propaganda Nazi, esperando el resurgimiento del Cuarto Reich, pero la mayoría desilusionados y avergonzados abandonaron sus ideas Nazis y si alguien les preguntaba algo, su respuesta era siempre la misma, “DE ESO NO SE HABLA”.

Marice Ettlin Caro

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