FELICITY MORSE

ercanos, sin pareja y sin pasión. He tratado de alejarme del amor, simple y sencillamente porque no sabía cómo relacionarme con alguien sin que cada pelea, malentendido o separación significara sentirme abrumada y devastada todo el tiempo, con el corazón hecho pedazos.

Es humano sentir empatía, pero no es saludable apropiarte de los sentimientos de los demás como si fueran tuyos.

“Me cuesta trabajo decir esto, pero no me gusta y me parece una falta de respeto que haya basura que no es mía sobre mi escritorio. Para mí, el hecho de que una persona respete mi espacio significa que también me respeta a mí; por eso me enojo cuando veo mi lugar sucio”.

Quiero llegar en la mañana y encontrar mi escritorio limpio, como lo dejé. Si por alguna razón pones algo encima, me gustaría que lo limpies antes de que llegue”.

· La gente pobre aprecia más las cosas.

La vida no tiene por qué ser una carrera aburrida hacia esa misteriosa meta que conocemos como éxito.

Como escribe Jon Kabat-Zinn en Vivir con plenitud las crisis [3]: “Mientras respires, siempre va a haber más cosas buenas que malas en ti, por muy enfermo o desesperado que estés”.

Tomarle la medida a tu voz interior es un proceso. En mi caso, cuando estoy haciendo muchos cambios en mi vida o intento hacer algo nuevo, la vocecita de la duda a veces aparece otra vez. Creo que es una parte de mí que se asusta y quiere que me regrese a mi caparazón, a un lugar mucho más cómodo.

También podemos pensarlo así: darnos un abrazo a nosotros mismos nos permite dar tres abrazos a alguien más.

Tragarte tu ego es parecido a cuando te duele el estómago y te tomas un vaso con bicarbonato de sodio y agua caliente: al principio sabe y se siente horrible, y hasta te dan ganas de vomitar, pero unos segundos después te sientes muchísimo mejor.