Patrick Ness

No lo sabía nadie.

Luego lo supo la madre de Lily, como era natural.

Luego lo supo Lily.

Y luego lo supo todo el mundo. Todo el mundo. Lo cual cambió las cosas de la noche a la mañana.

Y Conor jamás se lo perdonaría.

No lo sabía nadie.

Luego lo supo la madre de Lily, como era natural.

Luego lo supo Lily.

Y luego lo supo todo el mundo. Todo el mundo. Lo cual cambió las cosas de la noche a la mañana.

Y Conor jamás se lo perdonaría.

—Pero ¿qué es un sueño, Conor O’Malley? —El monstruo bajó la cabeza hasta la cara de Conor—. ¿Quién dice que no es todo lo demás lo que es un sueño?

A veces la gente necesita mentirse a sí misma más que ninguna otra cosa.

A veces la gente necesita mentirse a sí misma más que ninguna otra cosa

Cuando dijo que la reina había asesinado a su prometida, él creía, a su manera, que era verdad.

Cuando dijo que la reina había asesinado a su prometida, él creía, a su manera, que era verdad

—No lo entiendo. ¿Aquí quién es el bueno?

—No siempre hay un bueno. Ni siempre hay un malo. Casi todo el mundo está en algún punto intermedio.

Era avaricioso y maleducado y estaba amargado, pero también era curandero. El párroco, sin embargo, ¿qué era? No era nada. La creencia es la mitad de toda curación. La creencia en la cura, la creencia en el futuro que nos espera. Y he aquí un hombre que vivía de la creencia, pero que la sacrificó a la primera de cambio, justo cuando más la necesitaba. Creía de un modo egoísta y temeroso. Y eso les costó la vida a sus hijas.

Las historias no tienen siempre un final feliz.