Pablo Duarte

La vida se vive hacia delante pero se entiende hacia atrás, diría Kierkegaard.

La derrota vende, la mediocridad no.

Tuve una infancia triste que no alcanzó el rango de tragedia. No padecí la guerra, el exilio, el hambre ni la enfermedad. Fui un desajustado promedio. Mis desgracias pertenecían a los lugares comunes de la clase media: padres que no se llevaban bien, una escuela autoritaria, un barrio donde el prestigio se decidía con los puños, un dentista que no usaba anestesia. El futbol apareció en mi entorno como el espacio compensatorio donde los héroes fallaban mejor que yo.

El futuro daría otro sentido a ese pasado. La vida se vive hacia delante pero se entiende hacia atrás, diría Kierkegaard

En un presente en donde cualquier persona puede escribir y publicar en el vacío, sin necesidad de editores ni lectores, esta colección propone discusiones en la dirección opuesta: ¿cuáles son los conceptos centrales que se ponderan en los debates editoriales más complejos; las dudas y las certezas; las sutilezas del proceso creativo, esenciales y distintas para cada escritor?

La lectura es un arte y no una función instintiva. Es algo que se aprende, y a lo que, si se me permite, se le agarra el gusto.

Las cosas no comienzan, aunque sí lo hacen a su modo. Lo hacen a nuestras espaldas, por su cuenta, y sin ningún tipo de aviso. De pronto, cuando estamos pensando que, en este caso, el texto se demora, sucede que llevamos ya varios minutos con las cosas comenzadas.

el inicio del inicio angustia

el proceso del inicio es el del desciframiento y la caracterización de esas operaciones lingüísticas indicadas por grafías sobre la página

Algo va apareciendo en la mente. Una silueta. O, no seamos figurativos, un tono. Un humor. Una insinuación de voz. Y saber que así sucede angustia.