espacio entre los objetivos y las tareas— es la clave para ralentizar, dar satisfacción a tu día a día y ayudarte a ganar tiempo. Las metas a largo plazo son útiles para orientarte en la dirección correcta, pero hacen que sea difícil disfrutar del tiempo que le dedicas a ellas. Y las tareas son necesarias para terminar lo que empezaste; pero sin un punto focal, se van diluyendo en una neblina confusa que se olvida fácilmente